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sábado, 17 de diciembre de 2011

Ha crecido!

Desde que me decidí a retomar este blog y más concretamente desde que hice la última sesión de fotos (o fotohistoria, a saber), de la entrada anterior, me cercioré de que mis gustos muñequiles, definitivamente, han cambiado. Tras el parón y un alejamiento necesario, volver a retomar un hobby es ver las cosas como desde fuera, como si fuesen ajenas a ti hasta que vuelves a hacerlas tuyas. Es como cuando haces un dibujo; inicialmente no ves los fallos y luego, con el tiempo, reparas en detalles que no es que estén mal, es que pueden ser fácilmente mejorables. (Puede que también haya detalles desastrosos, no digo que no... Para el caso, es lo mismo ^^U)

Eso mismo es lo que he sentido al ver a Ginis. Lo sentí cuando lo cogí y terminé de reafirmarme al repasar la fotohistoria tras semanas de haberla publicado. Ginis es mi personaje más cambiante a pesar de estar completamente claro en mi mente, y puede que sea precisamente por eso por lo que no termino de estar conforme con él. O estaba. Porque desde que le hice un pequeño cambio, ha conseguido de repente cubrir todas mis expectativas para con él. 

¿Y qué cambio es ése? El cuerpo

Debo reconocer que antes de esta parada necesaria, era yo misma la que me imponía un tamaño máximo para los muñecos, y ese tamaño era, como mucho mucho, 65 cm. Aún tengo que admitir que tener un muñeco de mayor tamaño me da reparo, pero me he dado cuenta de que, al menos conmigo pasa, intentar encajar un personaje en un estándar concreto es, simplemente, imposible. Hay determinados modelos que te piden cosas, que te exigen cambios porque no encajan de otra manera; a los que si no haces caso no terminas de sacarles partido. El antiguo cuerpo de Ginis era el de DT15, de chica, modificado por las manos de Audrey en un trabajo que no fue nada sencillo para ella y del que, además, estuve orgullosísima porque hizo exactamente lo que le pedía con una calidad excelente. El problema, por tanto, no fue el cuerpo, sino la cabeza. Y es que encajar una cabeza de chico en un cuerpo de chica, a veces, sólo a veces, queda bien. Y Ginis estaba cabezón, como un chupachups, como si le faltase un desarrollo que, por su historia, NO debía faltarle. Ginis no suele ir con mucha ropa aunque siempre tenga frío, y creo que en ese momento preferí saltarme ese pequeño detalle en pos de que cabeza y cuerpo casaran a la perfección. Siempre he sido muy maniática en ese aspecto (me ponía mala sólo de ver cierta diferencia), pero es que ya me da un poco igual. Lógicamente, no pienso poner una cabeza amarilla en un cuerpo rosa —tampoco lo soportaría, que mi relajación en este sentido no ha sido total— pero ya no me importa tanto que sean dos tonos distintos de amarillo o que uno sea un poco menos brillante que otro. Más aún cuando la diferencia a simple vista no existe y sólo eres consciente cuando te fijas en las fotos que has hecho. Y para eso existen Lightroom y Photoshop, no? :__D

Así que sí: Ginis ha crecido. ¡Se ha desarrollado y ya es un hombre! xDD Y con el aura que creo que tiene y todo lo que me transmite, verlo con un cuerpo que va acorde a él ha supuesto una mejoría más que considerable. Sólo espero que en cualquier momento se ponga a hablar... Miedo me da. 



Y esas manos... ¡ADORO sus manos! Ya con unas articuladas sería el no va más. 



Me están dando ganas de hacerle los labios un poco más oscuros... ¿Opiniones? 

Aiss, mi niño enfermito... ♥♥♥♥